El frio pega de igual manera a todos, pero en ciertos lugares a le gente le llega hasta los huesos, ante la escases de recursos económicos las personas buscan la manera de sobrevivir y salir ante las bajas temperaturas.
Por las calles de la colonia Guadalupe Murjia, si es que se le puede llamar así a un camino lleno de piedras e infestado por desechos de todo tipo, a las afueras de la ciudad; los niños corren sin pensar en el aire helado, el frio raspa sus cachetes y los torna rojizos, las señoras queman botellas de aceite para poder calentar un poco su hogar, ese pequeño lugar el cual está hecho con algunas maderas y lonas publicitarias que van desde anuncios de supermercados hasta campañas políticas , el cual los resguarda por las noches frías.
Ante todo eso, no se quejan, esa es su realidad y así la viven, no les importa lo que sucederá mañana o como terminara ese día. Conformé transcurre la jornada y el sol intenta calentar un poco el ambiente, aquellas familias siguen viviendo su presente, siguen teniendo frio y siguen… sonriendo.
